Viena tiene algo que engancha, antigua y moderna a la vez; Viena es gastronomía, su mezcla de culturas genera una gran variedad de platos procedentes de todas las cocinas del mundo. Una ciudad realmente bella por donde la mires, con sus calles y casas coloridas, sus museos repletos de piezas de artes, centros históricos que han visto el pasar del tiempo, sin olvidarnos de sus iglesias y catedrales.